domingo, 27 de marzo de 2011

9 songs



El frió de Londres ha llegado hasta mi cuando hago mio este principio: cuando le recuerdo, no recuerdo sus palabras o de donde era, su manera de ser o sus gustos, lo que recuerdo es su aroma, su gusto, el contacto de nuestra piel.
Y allí empieza el simple relato de aquellas sensaciones, sensaciones que salen de la pantalla y sumergen al publico.
Y yo hablo desde la experiencia. Cuando el cambio es tan certero e inminente, cuando ha quedado dañada la piel por el abandono. El tacto el olfato y la lengua esconden el signo de la presencia en su ausencia.
y son ratos, de dar vueltas en la cama, de abrazarse, de acariciarse a solas, que despiertan los reflejos de esa extraña sensación del recuerdo: Sus labios, sus besos, su gusto particular, los abrazos, las revolcadas, la sensación de su cuerpo sobre el mio, el largo de sus brazos y de sus piernas, sus manos, los pedacitos heterogéneos en la piel, las pintitas en lugares específicos delicadamente señalados, la suavidad y la temperatura, el pelo, el sexo, los pies, las miradas, la fuerza, todo eso que ocurre en la cama.
Y cuanto mas pasa el tiempo mas tenue es el recuerdo que se transforma con las sutiles modificaciones de la imaginacion y de los deseos y cada vez mas lejos del principio, se desprenden y pierden, se derriten pero las veo y veo el hielo de la Antártida, solido único, perdido. Y dice o me digo, es precioso!.

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