sábado, 16 de julio de 2011

Temblando




Leds de dos pesos,
lucesitas que se repiten una y otra vez
un recorrido inverso, titilante.
El alcohol en el cuerpo produce insatisfacción,
miro los ojos de los demás
y ríen o lloran.
Es un vaivén incontrolable de cuerpos que se suceden
sin dirección.
Se anulan por saturación todos mis sentidos.
La vista oscura con ligeros focos en manos y piernas,
mi cuerpo se mueve, sí, pero no tiene ritmo.
Mas allá, afuera, hay estrellas pero no las vemos.



1 comentario:

  1. bonito poema, me gusto por su sencilled; le mando un saludo desde la ciudad de la luz :-)

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